De la luz de mis días
nace mi proyección en verso.
Arañazos de hiel pero
también dicha y tardes del color de tus ojos.
Lo que vivo me calienta la sangre
como lo hace la luz de un flexo,
la llama de una chimenea vieja…
Como me enciende tu boca
a punto de tocar mi boca.
La sombra que son mis poemas
viene de la luz del amanecer,
del rojo de esa noche incipiente…
Crece en el sudor que empaña las sábanas
de nuestra cama pequeña
para tanto amor.
Letras que caen desde las nubes…
Mañanas que huelo tu pelo y
vuelco el corazón.
Luces que saben a ginebra y pimienta,
poemas que son un juego de sombras.
Julián Garvín Serrano (2015)